El centro y el corazón de Nicaragua, se llama Managua ( Penefi). Por mas de cien años esto ha sido así. Y es justo, necesario- como dicen los cristianos. Sin ella, el país no existe. Odiada, envidiada, pero codiciada como una morena de la Christian Pérez.
La aventura en Nicaragua comienza y termina aquí. El resto de la nación la busca como la madre perdida que partió hace mucho. Managua los acoge, aunque no puede, pero los acoge. Provincianos buscan en ella la puerta al mundo. En ella se encuentra el centro económico e cultural de la nación.
Los barrios aguerridos que derrotaron la dictadura.
El corazón deportivo de Nicaragua, la cultura, las contradicciones cosmopolitas del nuevo mundo. El corazón herido de la revolución vive en ella, golpeada por el mercado y sus políticas salvajes.
Salvajemente pobre, pero bella en sus contradicciones. Su sucio lago bajo un cielo azul, las ruinas del terremoto que no logro doblegarla. Carlos Fonseca aquí descansa. Y es así, o como debe ser, el hijo de Matagalpa que por fin llego a Managua. El sueño de toda provincia. Llegar a la ciudad, la revolución industrial y el abandono de lo rural por lo urbano.
El mejor beisbol de Nicaragua. Los estadios. Las plazas. Los cines. Las húmedas alamedas que la atraviesan. No se esconde con maquillajes y antiguas leyendas. Al fin del día, no es una provincia, es una ciudad latinoamericana.
No tiene igual, es la capital, el centro de América y de Nicaragua. Tierra contradictoria, herida, pero un día se levantara. No tiene ruinas de la colonia, ni juguetes que mostrar. La laguna de tiscapa es un balazo en el centro de su pecho, pero de donde brota vida.
Managua, Penefi, la única… La gloria es tuya, majestuosa, herida, mía.
¡Viva el Boer!
k-5 (el Joda de Mulukuku)