lunes, 24 de mayo de 2010

Próximamente ... como en los cines


Tengo ….. no importa el numero de años que tenga, siempre he pensado que la edad es solo eso, un número, un cifra que se anquilosa en la psiquis de cada individuo. Uno es tan joven o tan viejo como se siente, por lo tanto a mi no me afligen los años. Trato, intento, hago el esfuerzo de comer sanamente y realizo una rutina diaria de ejercicios, no fumo y no consumo alcohol en exceso.

Sin embargo ya se asoman a lo lejos los incipientes indicios de la supuesta fecha de caducidad que tenemos las mujeres (y también los hombres, que no gozan de inmunidad, eh?), tengo asegurado el boleto de un viaje sin retorno de cambios en mi organismo en donde el cuerpo organiza una rebelión de celulitis y canas, una batalla campal de hormonas pandilleras que no obedecen a un previo orden impuesto. La bestia peluda sale de los armarios cuando la ropa se empeña en no entrar con la facilidad que solía hacerlo, y las minifaldas y los tacones ya no son una opción viable.

Debemos empezar a convivir con cremitas y tratamientos con la sana intención de salvarnos de la hecatombe y retrasar así lo mas que podamos, la aparición de la primera arruga, porque ya saben que esa es la primera huella que nos hace parecer viejas, y todo el mundo se encarga de recordártelo. Es como si colgásemos un letrero en el cuello, o lo escribiésemos en la frente para que el mundo entero lo viese. Empezamos a negociar con el calendario, con las trasnochadas y hasta con los escotes.

He escuchado decir que hay que “resignarse” a la edad. Por que? Seguir viva y en buen estado es toda una hazaña, una batalla ganada, una guerra en la que podemos repetir aquella antigua y famosa frase de Julio Cesar: Veni, vidi, vici. El mapa de la piel tiene cicatrices, estrias o manchas, y que? Ciertas partes del cuerpo empiezan a obedecer ciegamente a las leyes de la gravedad, y?, y??, y????. Ser una cuarentona en potencia no es el equivalente a transitar por el corredor de la muerte. Distintas sería la historia si viviésemos en África, esa sí que es una condena con el agravante de ser perpetua, pues además de todos los sufrimientos, la esperanza de vida es de las mas bajas en el mundo.

Llegar a “cierta edad” como a algunos les gusta llamarle, no es, ni debe ser sinónimo de vejez, no es una tragedia, es simple y sencillamente una etapa mas por la que hay que transitar. Pero al mismo tiempo la vejez es un punto en el horizonte, un estadio al que se llegará con seguridad y con suerte (si no nos petatiamos antes). Por lo tanto los años son solo una cifra que no debemos pasar por alto, pero que tampoco debe obsesionarnos.

Dedicado a mi amiga E. Por cierto que vos no estas como la modelo del video, pero tampoco el fulano esta como Arjona, así que de que te aguevas? Tal para cual mi estimable, tal para cual y sin derecho a replica, tamos claros?



La tuani

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