Reflexiones ( al suave)

La ciudad donde hoy vivo pasa cubierta de nubes cargadas de precipitación y en raras ocasiones sale el sol. Es una ciudad bonita, pero gris, como el futuro que nos espera. Es una ciudad que nos prepara para nuestro viaje a la oscuridad y al estado de descomposición al que todos vamos. Es la ciudad de Hendrix, Cobain, y Bruce Lee, con majestuosas vistas e impresionantes monumentos al fin.

Es una ciudad moderna, pero aun así, sus puentes son apetecidos por aquellos desdichados que buscan la oscuridad y el fin de sus miserables días. Es una ciudad contradictoria, la ultima urbe en la costa occidental de estados unidos, una frontera ficticia en donde llueve como que si del cielo encendieran la paja y no la apagan hasta que los infelices que vivimos abajo tiramos la toalla.

Cuando manejo el auto por las calles de la ciudad a la que emigre, me da nostalgia por mi país, no el que existe hoy día, el cual esta sumergido en el ejercicio inútil del mercado.

No, mi nostalgia mas bien es por un país que ya no existe y al igual que mis amigos y la revolución se fue para siempre. Algo que no vuelve y que solo vive en mi débil memoria. Le grito a mi memoria que hable, que recuerde, pero esta se llena de nostalgia, discursos baratos, cursilerías y se vuelve tan nublada como la ciudad donde hoy vivo.

El país y la Managua del pasado es una triste y linda memoria. Algo que se fue y cuando regreso ya no reconozco su nuevo rostro. Mas pintadita, pero menos solidaria. Con calles y rotondas mas tuanis, pero mas fría a pesar del calorazo.

Pienso que las memorias en si no viven, ni nos ayudan a cimentar futuros, sino que nada mas sirven para llenarnos de angustia y de melancolía, para recordarnos de que todo se fue y que jamás volverá; las memorias nos visitan durante esas noches en donde nuestros débiles subconscientes se llenan de esa droga llamada esperanza y nos repite pedanterías y discursos que nos dicen que esto nos hace mas fuertes, cuando la realidad es que todo esta perdido y nuestra descomposición ha comenzado.

Mi pais vive en las catacumbas del olvido y la periferia del mercado. ¿Esa luz que ves al final del túnel? No es la añorada meta después de una larga lucha, no es la sabiduría del mitológico Jesús y su evangelio que viene a llenarte de vida; es sencillamente un tren, el cual viene a toda velocidad con el único objetivo de aplastarte. Mañana, todo será peor y al igual que una canción del grupo Miramar, todo esta perdido, la traición es y siempre ha sido la única garantía de la existencia.